Morgan Freeman es a día de hoy el gran deudor, junto a
Denzel Washington, de Sydney Poitier, uno de los mayores actores negros de la
historia. Con una longeva y comprometida carrera, forjada a base de trabajo,
que incluye varias nominaciones a los Oscar (de las que se llevó la de 2005 por “Million dollar baby”), es uno de los referentes más queridos y respetados,
tanto por sus compañeros de profesión como por crítica y público.
Su carrera comenzó en los ochenta, cuando ya pasaba de los
cuarenta años de edad. Si bien ya recibió una nominación al Oscar mejor
secundario con “El reportero de la calle 42” (1987) no fue hasta que se convirtió en el
chofer de Jessica Tandy en “Paseando a Miss Daisy” (1989) (con una nueva
nominación) cuando alcanzó fama y reconocimiento.
Su fama en los noventa comenzó a expandirse gracias al éxito
de dos películas históricas: “Tiempos de gloria" (1989), centrada en la
participación de los negros en la guerra de secesión americana y “Robin hood: el príncipe de los ladrones” (1991), nueva revisión del mito británico esta vez
con Kevin Costner bajo la piel del ladrón más encantador de la “ficción”.
En 1992 comienza su relación profesional y su gran amistad
con uno de los grandes del cine. Con “Sin perdón”, Freeman inicia la primera de
sus tres colaboraciones hasta la fecha con Clint Eastwood que alcanzarán su
cenit con el Oscar a mejor actor secundario por Million dollar baby en 2004.
La gran fama por el éxito alcanzado con “Sin perdón” le dio
pie a poder firmar sino sus mejores obras si las más recordadas con “Seven” (1995) formó una gran pareja con Brad Pitt en uno de los thrillers sobre
asesinos en serie más recordados de los últimos tiempos y junto a Tim Robbins
participó en una de las fugas carcelarias más memorables en “Cadena perpétua” (1994).
En los noventa Freeman también tiene la oportunidad de
enrolarse en el barco de otro gran director con “Amistad”, pese a que la
película no está entre las más recordadas de Spielberg, Freeman tiene un papel
destacado en esta historia sobre la trata de esclavos.
Tras una serie de películas “menores” y de acción y ya con
el inicio del nuevo siglo vemos al Freeman más independiente, enrolándose en
arriesgados proyectos como “Persiguiendo a Betty” (2000) o iniciándose en el
mundo de la comedia en el papel ni más ni menos que de Dios en “Como Dios” (2003) (papel que repetiría en 2007 con su secuela “Sigo como Dios”).
En estos últimos años es destacable su papel de Nelson
Mandela en su tercera colaboración con Eastwood a fecha de hoy con “Invictus” (2010) y su aparición en la nueva trilogía de Batman de Christopher Nolan en
papel de Lucius Fox, compañero del magnate Bruce Wayne en su vida como
ejecutivo.
Como curiosidad cabe decir que se puso detrás de la cámara
allá por los años noventa a fin de contar una interesante historia de revueltas
centrada en el apartheid que respondía al nombre de “Bopha!”
A sus más de setenta años y tras el grave accidente
automovilístico de hace unos años el presente de Morgan Freeman en el cine
parece asegurado a tener en cuenta por la cantidad de proyectos con estreno
inminente o pendientes de fecha de estreno en España. Con el repaso a su
tardía, pero longeva carrera hacemos justicia a uno de los más carismáticos
actores del panorama actual.
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