La revolución francesa pasa por ser uno de los hechos más
significativos no solo de la historia reciente de nuestro país vecino sino unos
hechos que causaron una especia de precedente y mostraron a un pueblo en busca
de su identidad y en lucha continua en contra de opresión, en este caso a favor
de la rígida monarquía francesa.
Todo se desató el famoso 14 de Julio, hoy fiesta nacional de
Francia, con el asalto y toma de la Bastilla, todo un símbolo nacional que caía
bajos las enfurecidas manos de una horda enardecida por ideas libertarias. La
caída del símbolo conllevó una nueva conciencia en un cambio social y el pueblo
se movilizó a fin de revertir una situación que los venía oprimiendo a base de
impuestos y de unas duras condiciones de vida que no estaban dispuestos a
seguir soportando. El cambio social estaba por lo tanto predispuesto a llevarse
a cabo y solo era cuestión de tiempo que la gran mayoría oprimida a base de
tesón y unión hiciese sucumbir al ejercito de Luis XIV. La monarquía pues
tocaba a su fin solo era cuestión de tiempo que Versalles se viese invadido y
que tanto la monarquía como la nobleza se viesen obligados a poner pies en
polvorosa o a sucumbir bajo la justicia de la guillotina. Una nueva Francia
cobraba forma. Era la Francia de Robespierre, Marat o Danton. Una Francia
liberal y que finalmente derivaría en uno de los imperios más potentes jamás
conocidos con la subida de napoleón al poder, como única y poderosa cabeza
visible de un gran imperio, pero esa ya es harina de otro costal…
He aquí una recopilación de películas ambientadas en la
época revolucionaria que nos detallaban visualmente como era la vida en aquella
tumultuosa época a su vez que muchas otras relatan los importantes hechos
derivados a raíz de aquel famoso 14 de julio cuando cayó la bastilla y la vida
en Francia y porque no decir en Europa
cambió para siempre.
1ª Etapa: Insurrección, caída de la bastilla y alzamiento
del pueblo.
Una obra de Victor Hugo como “Los miserables” nos permite
ver el París de la revolución. Su modo de vida, sus gentes y costumbres o
incluso rememorar una ciudad ya muy cambiada de casas bajas y bulliciosas
calles de mercadillos lejos del tráfico y la globalización actual. Si lo que
nos interesa es ahondar un poco en los hechos acaecidos a raíz del 14 de julio
son de obligado visionado obras como “Historia de dos ciudades”, la historia
de “Madame Dubarry” o más en tono satírico “Empiecen la revolución sin mi” (1969). Si lo que queremos es tener un concepto más global de lo sucedido
nuestra elección ha de ser “La marsellesa” (1938) estupenda película de Renoir
o “Historia de una revolución” (1989), en donde se relata todo el proceso de la
revolución francesa.
Muchas de las miradas cinematográficas de estos
acontecimientos están centrado es la figura de la díscola Maria Antonieta, como
en arriesgada versión de Sofía Coppola, la más reciente “Adiós a la reina” (2012) o en los sucesos de “La noche de Varennes” (1982). El cine también
ahondó en la caída y persecución del las calases más acomodadas por parte de un
pueblo ávido de justicia. Ejemplos de este último caso tenemos en “Diálogos de carmelitas” (1960), nobleza buscando refugio en un convento, la norteamericana
de la época muda “Las dos huérfanas” de D.W. Griffith o “La inglesa y el duque” (2001) de Rohmer.
3ª Etapa: Una nueva Francia, el reinado de Robespierre, las figuras de Dantón y Marat y el denominado reinado del terror.
Con la caída del poder monárquico y la reversión social que
se estaba produciendo en todo el país nuevas figuras emergen en el panorama
social y político de la nación el idealista y líder revolucionario “Marat” (1967) o “Danton” (1982), el principal opositor un régimen de gobierno impuesto
por Robespierre, que lejos de convertirse en la solución a los problemas
heredados de la época monárquica no hace sino equipararse de un manera
alarmante en lo que se viene en denominar “El reinado del terror” (1949). Un
figura muy importante para repasar la revolución francesa es el Marqués de
Sade, recordado especialmente por su obra literaria, pero que también sufrió en
sus carnes la difícil época que le tocó llevar a cabo, más siendo miembro de la
nobleza y cabeza pensante. Sus corredurías y vida se pueden ver en películas
como “Sade” o “Quills”, ambas de 2000.
Con la revolución ya más que consolidada y con los iconos
revolucionarios a buen recaudo aparece la figura del corso Napoleón Bonaparte
que heredaría la Francia de la revolución hasta convertirla en uno de los
imperios más poderosos jamás conocidos. Su exitosa e impresionante historia es
contada ya en los tiempos del cine mudo en una de las obras maestras de toda la
historia del cine el “Napoleón” (1927) de Gance o intepretado por un más que
creíble Brando en “Desireé” (1954)
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