miércoles, 10 de octubre de 2012

La revolución francesa y el cine



La revolución francesa pasa por ser uno de los hechos más significativos no solo de la historia reciente de nuestro país vecino sino unos hechos que causaron una especia de precedente y mostraron a un pueblo en busca de su identidad y en lucha continua en contra de opresión, en este caso a favor de la rígida monarquía francesa.

Todo se desató el famoso 14 de Julio, hoy fiesta nacional de Francia, con el asalto y toma de la Bastilla, todo un símbolo nacional que caía bajos las enfurecidas manos de una horda enardecida por ideas libertarias. La caída del símbolo conllevó una nueva conciencia en un cambio social y el pueblo se movilizó a fin de revertir una situación que los venía oprimiendo a base de impuestos y de unas duras condiciones de vida que no estaban dispuestos a seguir soportando. El cambio social estaba por lo tanto predispuesto a llevarse a cabo y solo era cuestión de tiempo que la gran mayoría oprimida a base de tesón y unión hiciese sucumbir al ejercito de Luis XIV. La monarquía pues tocaba a su fin solo era cuestión de tiempo que Versalles se viese invadido y que tanto la monarquía como la nobleza se viesen obligados a poner pies en polvorosa o a sucumbir bajo la justicia de la guillotina. Una nueva Francia cobraba forma. Era la Francia de Robespierre, Marat o Danton. Una Francia liberal y que finalmente derivaría en uno de los imperios más potentes jamás conocidos con la subida de napoleón al poder, como única y poderosa cabeza visible de un gran imperio, pero esa ya es harina de otro costal…

He aquí una recopilación de películas ambientadas en la época revolucionaria que nos detallaban visualmente como era la vida en aquella tumultuosa época a su vez que muchas otras relatan los importantes hechos derivados a raíz de aquel famoso 14 de julio cuando cayó la bastilla y la vida en Francia y porque  no decir en Europa cambió para siempre.

1ª Etapa: Insurrección, caída de la bastilla y alzamiento del pueblo.

Una obra de Victor Hugo como “Los miserables” nos permite ver el París de la revolución. Su modo de vida, sus gentes y costumbres o incluso rememorar una ciudad ya muy cambiada de casas bajas y bulliciosas calles de mercadillos lejos del tráfico y la globalización actual. Si lo que nos interesa es ahondar un poco en los hechos acaecidos a raíz del 14 de julio son de obligado visionado obras como “Historia de dos ciudades”, la historia de “Madame Dubarry” o más en tono satírico “Empiecen la revolución sin mi” (1969). Si lo que queremos es tener un concepto más global de lo sucedido nuestra elección ha de ser “La marsellesa” (1938) estupenda película de Renoir o “Historia de una revolución” (1989), en donde se relata todo el proceso de la revolución francesa.



  Etapa: La caída de la monarquía y de la nobleza.

Muchas de las miradas cinematográficas de estos acontecimientos están centrado es la figura de la díscola Maria Antonieta, como en arriesgada versión de Sofía Coppola, la más reciente “Adiós a la reina” (2012) o en los sucesos de “La noche de Varennes” (1982). El cine también ahondó en la caída y persecución del las calases más acomodadas por parte de un pueblo ávido de justicia. Ejemplos de este último caso tenemos en “Diálogos de carmelitas” (1960), nobleza buscando refugio en un convento, la norteamericana de la época muda “Las dos huérfanas” de D.W. Griffith o “La inglesa y el duque” (2001) de Rohmer.


3ª Etapa: Una nueva Francia, el reinado de Robespierre, las figuras de Dantón y Marat y el denominado reinado del terror.

Con la caída del poder monárquico y la reversión social que se estaba produciendo en todo el país nuevas figuras emergen en el panorama social y político de la nación el idealista y líder revolucionario “Marat” (1967) o “Danton” (1982), el principal opositor un régimen de gobierno impuesto por Robespierre, que lejos de convertirse en la solución a los problemas heredados de la época monárquica no hace sino equipararse de un manera alarmante en lo que se viene en denominar “El reinado del terror” (1949). Un figura muy importante para repasar la revolución francesa es el Marqués de Sade, recordado especialmente por su obra literaria, pero que también sufrió en sus carnes la difícil época que le tocó llevar a cabo, más siendo miembro de la nobleza y cabeza pensante. Sus corredurías y vida se pueden ver en películas como “Sade” o “Quills”, ambas de 2000.


4ª Etapa: La irrupción de Napoleón Bonaparte.

Con la revolución ya más que consolidada y con los iconos revolucionarios a buen recaudo aparece la figura del corso Napoleón Bonaparte que heredaría la Francia de la revolución hasta convertirla en uno de los imperios más poderosos jamás conocidos. Su exitosa e impresionante historia es contada ya en los tiempos del cine mudo en una de las obras maestras de toda la historia del cine el “Napoleón” (1927) de Gance o intepretado por un más que creíble Brando en “Desireé” (1954)

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