Un subgénero interesante dentro del cine de intriga es el de
los timos y estafas. A menudo enrevesados y novedosos guiones que realzan a
timadores de poca monta para dar un ingenioso e importante golpe que los
relanzará en su particular mundillo y los cubrirá de fama y sobre todo de
dinero.
Ya en el cine clásico encontramos películas de renombre con
argumentos centrados en esta temática como con las conocidas “Un ladrón en la alcoba” (1932), donde una pareja decide pasarse por miembros de la aristocracia a fin de
poder incautar cuantos bienes pasen por sus plebeyas y hábiles manos, “Las tres noches de Eva” (1941) a lo largo de un lujoso crucero en donde jugar a las
cartas se convierte en un hábito peligroso siempre que ronde al lado de
Bárbara Stanwick, o “Dos seductores”, con Marlon Brando y David Niven
desplumando a ricas herederas en la costa azul gracias a su buen planta y
pícara personalidad.
Siguiendo con el cine clásico pero con un salto de unos
cuantos años aparecen otros tres grandes clásicos. Por una parte una de las
películas más afamadas dentro de este particular subgénero. Con una magnífica
banda sonora a cargo de Scott Joplin, “El golpe” se convierte en uno de los
grandes éxitos de la pareja Newman-Redford. Por otra “Luna de papel” (1973)
famosa a día de hoy por que catapultó a su pequeña protagonista Tatum O´Neal hacia el Oscar a la temprana edad de diez años
(algo nunca superado a día de hoy). Y por último la despedida del genio del
suspense del mundo del cine con “La trama” (1976), centrada en el mundo de la
videncia.
Ya entrados en los ochenta y noventa vemos más ejemplos que
reflejan la temática de distintos modos con “Casa de juegos” (1987) repasamos
más el tema desde un prima de thriller oscuro y con “Los timadores” (1990), sin
dejar de lado el efecto de la intriga juegan un poco más con el humor negro.
Ya más recientes son la exitosa trama argentina “9 reinas” (2000), donde más que el timo de la estampita era el timo del sello y que tuvo
su remake americano con “Criminal” (2004) o “Los impostores” (2003) donde un
maniático Nicolas Cage se debe enfrentar a la única persona capaz de hacerle
sombra en el mundo de los timos: su hija.
Curiosas resultan nuestras dos siguientes historias, más que
por ser otras ingeniosas historias de timos por estar basadas en hechos reales
y es que ya sabemos que la realidad a menudo supera a la ficción. Este es el
caso de “Atrápame si puedes” con un escurridizo Leonardo Di Caprio que trajo de
cabeza a los servicios secretos de los EEUU y “Crónica de una mentira” (2009)
en donde un pobre timador se saca de la nada la construcción de una nueva
autopista en Francia.
En el cine patrio también podemos encontrar algún ejemplo
sobre esta temática a la siempre recurrente “Los tramposos” (1959) hemos de
sumarle aportaciones más cercanas en el tiempo como “Incautos” (2003) o “El traje” (2002).
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