Joan Dalmau (19/2/1927-5/2/2013) - Actor de cine español
María Asquerino (25/11/1925-27/2/2013) - Actriz de cine y teatro español Goya en 1989 a mejor interpretación de reparto por "El mar y el tiempo"
jueves, 28 de febrero de 2013
miércoles, 27 de febrero de 2013
Bárbara Stanwyck
Hoy nos hacemos cargo de la filmografía de una de las
actrices más infravaloradas de Hollywood. Con una longeva carrera a sus
espaldas y con su participación en muchas de las obras clave del séptimo arte
no fue hasta muy tarde, con su ocaso ya cercano, cuando Hollywood se acuerda de
Bárbara Stanwyck, en forma de Oscar honorífico, atrás quedaban cuatro
nominaciones fallidas en otros inolvidables personajes e importantísimos
trabajos con afamados y dispares
directores como Frank Capra, Billy Wilder o Fritz Lang.
Su carrera comenzó con el cine sonoro. Los años veinte
dejaban atrás la miseria de la primera guerra mundial para cerrar el ciclo con
el gran varapalo del crack bursátil del 29. Este era el Hollywood en el que una
joven Bárbara pretendía hacer su carrera como actriz. Los comienzo como siempre
fueron difíciles y tan solo su buen trabajo y esa pizca de suerte necesaria
provocaron que su sueño acabase en el olvido.
El gran impulsor de su carrera no fue otro que Frank Capra,
que cuando la joven Bárbara era apenas conocida en Hollywood el supo ver su
potencial y la convirtió en protagonista de muchas de su primeras obras.
Hablamos de “Mujeres ligeras” (1930), “La mujer milagro” (1931), “Amor prohibido” (1932) y sobre todo la más reconocida “La amargura del Capitan Yen”(1933).
Sus primeros papeles de relevancia llegan en los años
treinta con “Baby face” (1933), un temprano western de John Ford como “El arado y las estrellas” (1936) y sobre todo “Stella Dallas” (1937) su primer gran papel
en un personaje que quedará para la historia y que le supone su primera
nominación al Oscar.
Los años cuarenta comienzan fuerte primero con su
recientemente estrenado matrimonio con uno de los galanes más cotizados de
Hollywood como lo era Robert Taylor y además Bárbara Stanwyck comienza a firmar
títulos imperecederos como “Las tres noches de Eva”, en donde intenta por todos
lo medios estafar a un inocente Henry Fonda u otro de los títulos clave no solo
en su carrera sino en la historia del cine. Una obra maestra de Howard Hawks
titulada “Bola de fuego”, por la que otra vez es nominada como menor actriz.
Pos si fuera poco Capra se cruza de nuevo en su camino y el
resultado es una de las obras más reconocidas del genial director y uno del los
punto álgidos en la carrera de Bárbara Stanwyck. La cinta en cuestión, “Juan nadie”, la empareja con Gary Cooper, un don nadie que gracias a la tesón de
Bárbara como periodista ve encauzada su vida al éxito y a la fama.
Marquemos un año, 1944, como el gran momento de Bárbara
Stanwyck en el mundo del cine, peso a sus grandes éxitos y a su longeva carrera
ningún título le hace tanto merecimiento como la gran obra maestra de Blly
Wilder dentro del cine negro. En “Perdición” Bárbara Stanwyck está totalmente
arrebatadora y tan solo una excepcional interpretación como la de Ingrid Bergman en “Luz que agoniza” la privaría de un Oscar más que merecido.
El tremendo éxito de la cinta la convierte en una cara muy
reconocible de cine negro, sabedora de ello se entrega a proyectos
interesantes, aunque ninguno a la altura de su genial predecesora. Así se
suceden títulos como “El extraño amor de Martha Ivers” (1946), "Las dos señoras Carroll” (1947), junto a un icono del cine negro como Humphrey Bogart, o “Voces de muerte” (1948), lo que le supone una nueva nominación a mejor actriz
principal.
La década de los cincuenta denota una falta de lustro en su
exitosa carrera. Se versatilizó en cuento a géneros rodando western como “Las furias” (1950), melodramas al estilo Douglas Sirk en “Su gran deseo” (1953) y “Siempre hay un mañana” (1956), sin embargo su título más importante de la década, que
recordemos es muchos más floja que su predecesoras, es otra cinta de cine negro
esta vez de mano de Fritz Lang y su clásico “Encuentro en la noche” (1954).
En vista de que su éxito comenzaba a decaer y los años a
pesar, Bárbara Stanwyck arriesga y se involucra en un proyecto novedoso para
ella: un show destinado a la recientemente estrenada televisión, que a pasos
agigantados comía terreno a la gran pantalla como principal instrumento de
entretenimiento de las aburridas masas. Se trata de un show de 36 capítulos
presentado y protagonizado por ella como una especie de antología dramática.
Se ve que la experiencia la gusta a bárbara puesto que a
raíz de la fecha y pese a esporádicas incursiones en la gran pantalla en los
años sesenta (acompañando incluso a Elvis) su fama debe a su aportación a la
pequeña pantalla con apariciones en serie míticas como “Los colby” o “El pájaro espino”.
martes, 26 de febrero de 2013
El cine que viene: "El gran gatsby"
Esta primavera llegará a las pantallas del cine en España una nueva y esperada adaptación del clásico de Scott Fitzgerald "El gran Gatsby". En este caso la intepretación correrá a cargo de Leonardo di Caprio, que coge el testigo de Robert Redford, el Gatsby más recordado de la historia del cine, como nuevo mecenas encargado de mostrarnos la belle epoque de la joven y nueva alta sociedad neoyorkina de los años veinte.
Estreno en España 17 mayo 2013
lunes, 25 de febrero de 2013
David Niven
En David Niven vemos personificada la imagen del perfecto
caballeo inglés, su pelo perfectamente engominado y peinado y su cuidado
bigote, que conservó hasta el fin de sus días, eran la seña de identidad de una
actor que siempre destacó por su corrección y saber estar además de por su
sobria elegancia, tanto fuera como dentro de la pantalla, algo normal puesto
que era todo un descendiente de la aristocracia británica.
Sus primeros años en Hollywood destacan por su
participación, en mayor o menor escala en grandes éxitos de la década de los
treinta como “La carga de la brigada ligera” (1936), clásica película de acción
y aventuras de Errol Flynn y Olivia de Havilland, en un de las versiones de “El prisionero de Zenda” (1937) o el gran clásico “Cumbres borrascosas” (1939) como
contrapunto a Laurence Olivier.
Los años cuarenta vienen marcados por su consolidación
profesional ya con papeles protagonistas en diversas cintas, en donde suele
encarnar al perfecto caballero, como en “Un matrimonio perfecto” o “La mujer del obispo”, ambas de 1947 además de importantes hechos que viene a marcar su
vida privada como la segunda guerra mundial, en donde Niven regresa a
Inglaterra a combatir al enemigo y seguir trabajando en alguna que otra
película de propaganda bélica o su fatídico matrimonio con una joven
aristócrata que acabó en desgracia por un fortuito y desgraciado accidente que
deja a Niven viudo poco tiempo de haber contraído nupcias.
Los cincuenta son testigo de sus grandes papeles, cintas de
aventuras como “Tres soldados” (1951), se conjugaban con otras más de tinte
romántico “La lotería del amor” (1954) o “Un mayordomo aristócrata” (1957),
aunque la figura de Niven cobró notoriedad al participar en la gran adaptación
de Verne “La vuelta al mundo en 80 días” (1956), como un más que creíble
Phileas Fogg, personaje que por otra parte le venía como amillo al dedo.
Sin embargo y pese a la notoriedad del personaje de Verne su
gran éxito personal llega con “Mesas separadas” en donde consigue su único
Oscar a mejor interpretación , en lo que a la postre también sería su única
nominación a lo largo de su carrera.
Los años sesenta quizá sean los de más relevancia pare
David Niven, al menos en cuanto a su participación en una serie de proyectos
de gran importancia que entrarán por méritos propios en la historia del cine.
Para empezar Niven participa en dos superproducciones como “Los cañones de Navarone” (1961), todo un clásico del cine bélico y la inolvidable “55 días en Pekín” (1963).
Sus otras dos grandes aportaciones de la década serían el inicio
de dos famosas sagas. La primera la de la pantera rosa, cuyo primer eslabón,
allá por 1963, cuenta con la presencia estelar de Niven en el reparto, algo que
también sucedería en sucesivas versiones tanto en en 1982 como en 1983. La otra
es su participación en “Casino royale” (1967), lo que se le considera la
primera piedra de los que sería el posterior fenómeno del agente secreto más
conocido de todos los tiempos, estamos hablando por supuesto de Bond, James Bond.
Su madurez la dedica a participar entre otros proyectos
reuniéndose con viejos compañeros de profesión en interesantes adaptaciones de
Agatha Christie como “Muerte en el Nilo” (1978) o sátiras policíacas como “Un cadáver a los postres” (1976). Tras ello su aparición en la gran pantalla fue
cada vez más esporádica hasta que a principios de la década de los ochenta le
era diagnosticado una severa esclerosis, que finalmente se lo llevaría unos
pocos años después a la edad de 73 años.
jueves, 21 de febrero de 2013
Había una vez...un circo (cine y circo)
Mucho antes de que llegara el cine el público ya se divertía
con el teatro, la ópera o las variedades, sin embargo uno de los grandes
entretenimientos de todos los tiempos es el circo. No son olvidemos que ya los
grandes de Roma contentaban al pueblo con la famosa frase “Más pan y más
circo”. Esas cruentas batallas entre gladiadores o entre fieras eran, a parte
de un azote para los primeros cristianos, auténticas víctimas de tal
carnicería, el sustento social de un pueblo ahogado por impuestos para las continuas
guerras para controlar el imperio.
El caso es que a parte de aquella lejana referencia el circo
ha ido evolucionando hasta nuestro días, pasando por auténticos freak shows de
hombre y mujeres con ciertas cualidades que los hacían distintos al restos de
los mortales, como habilidades especiales o incluso malformaciones, al circo de
animales salvajes domesticados capaces de llevar a cabo un sinfín de
impresionantes rutinas o al ya más común hoy en día circo de acróbatas y todo
un espectáculo de luz. Color y sonido que encanta tanto a niños como a no tan
niños.
El mundo del circo ha sido recogido prácticamente desde el
nacimiento del cine. Ya desde la época del lejano cine mudo se ven obras
maestras como las de Tod Browning, una genial muestra del freak show, con
esperpénticos personajes que nos hipnotizan desde la gran pantalla
inmiscuyéndonos en lo que sería el mundo del circo de principio del siglo
pasado, obras como “La parada de los monstruos” (1932) o “Garras humanas” (1927) son a día de hoy auténticas obras de culto, o la más temprana todavía
“El que recibe el bofetón”, debut de Sjostrom en los EEUU, con un inquietante
Lon Chaney.
Sin embargo en estos primeros años la obra que encumbra el mundo del circo es obra de Chaplin. Toda un obra maestra en donde Charlot ha de vérselas enrolado en el mundo del circo, en donde incluso encontrará el amor. Temática circense que el propio Chaplin evocaría años más tarde en “Candilejas”, todo un homenaje a los payasos y cómicos circenses.
Los grandes cómicos del mundo del cine se han visto enrolados a lo largo de la historia de una manera u otra en el mundo circense. Así podemos ver las locuras de los hermanos Marx en “Una tarde en el circo” (1939) o el cómico thriller de los noventa “Sombras y niebla” (1991) de otro genio de la comedia como Woody Allen.
El cine de animación también ha contribuido a difundir la imagen del cine entre los más pequeños. Ya en los años treinta Mickey se divertía en su propio circo, y una de las películas más recordadas y famosas de la factoría disney como fue el entrañable elefantito “Dumbo” (1941) también sucedía en un circo y es más este año pasado las intrépida tropa de “Madagascar” firmaba su tercera película como un circo ambulante.
El circo también fue fruto de grandes superproducciones como "El mayor espectáculo del mundo” (1952), “Trapecio” (1956), ambientadas en los peligrosos y altos cables de los trapecios o “El fabuloso mundo del circo” (1964) con el mismísimo John Wayne enrolado en una troupe circense.
El circo también tiene sus vínculos con el western tal y como se aprecian en obras como “Bronco Billy” (1980) de Clint Eastwood o ”Buffalo Bill y los Indios” (1976), en donde el propio Eastwood y Paul Newman, demuestran respectivamente sus dotes con el revolver y el caballo para deleite de múltiples espectadores.
Ya más recientemente pudimos disfrutar del mundo del circo en dramas románticos como “Agua para elefantes” (2011), con un humor negro muy particular en “Balada triste de trompeta” (2011) o experimentos al estilo Terry Gilliam en “El imaginario del Dr. Parnassus” (2009).
El mundo de la televisión no se escapa ala fenómeno del circo. Inolvidables para toda una generación de niños españoles son los famosos “Payasos de la tele”. Payasos también adaptados en un documental para la televisión por Fellini en 1970 o más recientemente la vuelta a la palestra del fenómeno del freak show y el vaudeville gracias al éxito de la serie “Carnivale”.
miércoles, 20 de febrero de 2013
Oscar 2013
Tras los recientes premios Goya 2013 y aun inmiscuídos en la resaca de los mismos y sin apenas descanso, nos llega el fin de semana de los Oscar, lo que se supone el mayor acontacimiento anual en cuanto a cine se refiere. De igual forma que con nuestro cine patrio todos tenemos nuestras quinielas en cuanto a futuribles e hipotéticos ganadores. Desde aquí y al igual que post atrás con los Goya 2013 va una pequeña referencia de las favoritas a alzarse con la estatuílla a mejor película.
"Amor" de Michael Haneke - La controvertida cinta de un Michael Haneke que nos tiene acostumbrados a sus oscuros y pesimistas dramas, opta a mucho más que a convertirse en mejor filme de habla no inglesa. todo un acontecimiento en el cine europeo que quiere sentar cátedra también en la meca del cine.
"Argo" de Ben Affleck - Favorita para muchos de los críticos (ya se alzó con el globo de oro a mejor película dramática) es la candidata del año en EEUU, un nuevo soplo de aire fresco de manos del irregular Ben Affleck, que sta vez si parece haber dado con la tecla adecuada.
"Bestias del sur salvaje" de Benh Zeitlin - Es bastante frecuente que en la últimas ediciones de los Oscar suela colarse alguna que otra película del cine independiente. Este es el caso que nos acompaña. Un bello canto a la vida de nuestro planeta de manos de una encantadora niña (candidata incluso al Oscar a mejor actriz) que no dejará al público indiferente. Todo un acierto
"Django desencadenado" de Quentin Tarantino - Obra total de Tarantino, que la situa a a la altura de sus primeras películas. Toda una obra maestra de un cine considerado cada vez más de autor, y que a buen seguro que incluso enganchará a los detractores de este controvertido director.
"Los miserables" de Tom Hopper - Exquisita adaptación del musical basado en la famosa obra de Victor Hugo. Gran produccion que no escatima en gastos, con cuidados exteriores, impecable vestuario y un gran reparto que raya a un alto nivel.
"La vida de Pi" de Ang Lee - Una de las grandes producciones del año. Todo un fenómeno que incluso relanzó hasta límites insospechados la venta de la novela en que se basa. Una epopeya visual que trasciende más alla del papel y que mucho más allá de un fenómeno tan de moda como el 3D cuenta una historia asombrosa.
"Lincoln" de Steven Spielberg - Quizá la gran superproducción del año en EEUU. Un filme patriótico que narra la vida de uno de los presidentes más famosos de toda la historia, asentada en una excelente interpretación por parte de Daniel Day Lewis (una más) y la siempre reconocida labor del rey midas de Hollywood tras la cámara.
"El lado bueno de las cosas" de David O. Russell -Típica comedia romántica que sin hacer mucho ruido se cuela en la gran fiesta final de los Oscar. Pese a sus ocho nominaciones, poca gente la tiene remarcada como favorita en sus quinielas, aunque ya se sabe que cada año suceden inesperadas sorpresas, y que no es oro todo lo que reluce.
"La noche más oscura" de Kathryn Bigelow -Tras el gran éxito cosechado en 2008 con la cinta bélica ambientada en Irak "En tierra hostil", con la que no solo se llevó el Oscar a mejor película, sino que también quedó reconocida en forma de estauilla su labor como directora, Bigelow vuelve a tocar la fibra sensible y patriótica de los estadounidenses con un cinta ambientada esta vez en el 11S y la famosa ejecución de Bin Laden.Veremos si la fórmula también da resultado.
lunes, 18 de febrero de 2013
Jean Renoir
Hijo del famoso pintor impresionista francés Auguste Renoir,
Jean Renoir intentó trasladar todo el talento demostrado por su padre en los
lienzos a un arte todavía en pañales como era el cine, y a buena fe que lo
consiguió, maestro entre maestros en el laureado y escogido cine francés,
figura capital de realismo poético, principal culpable de varias de las obras
más importantes de la historia del cine y gracias a su relativamente corta,
pero selecta filmografía todo un referente no solo del cine europeo sino
mundial.
Tras pasar el trago de la primera guerra mundial, que entre
otras cosas le dejaría una cojera de por vida, Renoir intenta rehacer su vida
en un París convulso. Tras casarse con una modelo de su padre y abrir un
humilde taller de alfarería el cine irrumpe en si vida y gracias a una obra
maestra de Stroheim como “Esposas frívolas” decide volcar su talento al recién
estrenado séptimo arte.
No olvidemos que eran tiempo difíciles en una Francia
devastada por el horror de la guerra, sin embargo Renoir, sale adelante gracias
a la subasta de algunos lienzos que su padre le deja como herencia y se pone a
hacer cine. Su primer largo, “La hija del agua” (1924) ya deja entrever la
motivación y temática del futuro cine de Renoir. Los años veinte son una época
en donde Renoir experimenta adaptando al cine conocidas obra como “La cerillera” (1926) de Hans Christian Andersen o “Nana” (1925) de Emile Zola.
Pese a seguir adaptando grandes clásicos como “Madame Bovary” (1934) y ya en los años treinta, su mejor década, se erige como una de las figuras más relevantes del realismo poético a raíz de “La golfa” (1931). Sus obras en esta década estarán marcadas por un realismo y un cine de marcado carácter social, siendo el ejemplo esencial, no solo de su cine, sino del género “Los bajos fondos” (1936), auténtica obra maestra de Renoir como representante del realismo poético.
Ese mismo año sale a la luz “Una partida de campo”, otra de sus obras más celebradas y recordadas. Un mediometraje basado en la obra de Guy de Maupassant, que entra con mérito propio en la elegida lista de películas a recordar en al evolución de esto que hoy en día conocemos como cine.
Su juventud en la primera guerra mundial es evocada con su obra más conocida. En “La gran ilusión” (1937), un bello canto antibelicista, Renoir no solo nos muestra los horrores de la guerra, que tan cerca le tocó vivir, sino que se reafirma de una vez por todas como uno de los mejores directores de su época,
Con “La bestia humana” (1938), y gracias de nuevo a un relato de Zola, Renoir retrata la vileza del ser humano como pocos directores lo han hecho. Cabe destacar que tal obra es adaptada más adelante también con acierto por otro de los grandes como Fritz Lang en su obra “Deseos humanos” (1954).
“La marsellesa” (1938) supone su vuelta al cine histórico tras “La gran ilusión”. Un impresionante retrato de una época, vista a través de los ojos de su múltiples protagonistas, que no solo marca el devenir de Francia, sino incluso cabría decir que los designios de mundo entero por aquel entonces.
Su primera etapa francesa la cierra con otra de sus obras maestras: “La regla del juego” (1939). Toda una crítica social a un sociedad todavía estructurada en un marcado sistema de castas y en las que como reza el título las reglas de este “preciado” juego juegan un baza importante que todo el mundo debe saber reconocer y poder jugar.
El éxito cosechado en Francia pronto causa revuelo en la meca del cine y Hollywood pone sus miras en este comprometido y reputado director francés, y así en los años cuarenta Renoir desembarca en los EEUU a fin de hacer las américas. Sin embargo, pese a su gran talento, Renoir no acaba de cuajar en Hollywood y tras un puñado de películas de entre las que destaca un drama antibelicista sobre la II guerra mundial protagonizado por Charles Laughton (“Esta tierra es mía”).
Tras su aventura americana y ya en los años cincuenta Renoir regresa a
su país natal a finalizar su carrera. Lejos ya de sus grandes títulos consigue
enlazar algún que otro éxito en el ocaso de su carrera como “El río” (1951),
rodada tras su periplo en la India o “Comida sobre la hierba” (1959), para
finalizar su filmografía ya en los años sesenta como no podía ser de otra
manera con una nueva muestra antibelicista de nombre “El cabo atrapado” (1962).
Tras la misma se retira del mundo y se dedica a descansar en su soleada casa de
Beverly Hills, en donde, tras un Oscar honorífico allá por 1975, le sorprende
la muerte en 1979, contaba 84 años.
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