martes, 24 de julio de 2012

Jean Luc Godard


Jean Luc Godard pasa por ser uno de los principales artífices del resurgimiento del cine europeo allá por los sesenta. Al resguardo de la ya mítica “Cahiers du cinema” y junto a otros muchos críticos y cineastas franceses insuflan un soplo de aire fresco al ya atoldado cine europeo con un nueva vanguardia que todo conoceríamos como la nouvelle vague (o nueva ola) de la que ya hemos hablado pormenorizadamente post atrás.

Sus primeros trabajos fueron auténticos y novedosos ensayos de un cine sencillo que tributaba homenaje a los grandes clásicos a la vez que por su dinamismo y perfección asombraba a crítica y público.

Tras unos cuantos cortos y ensayos bajo la sombra de “Cahiers du cinema” su presentación en sociedad no podía ser más brillante. En 1960 firmaba una auténtica obra de culto y referencia de la nouvelle vague como “Al final de la escapada”


Su siguiente gran éxito tendría a la sensual Brigitte Bardot como protagonista con “El desprecio” (1963). Una película sobre cine en donde el excelente director francés “liberaba” todo sus conocimientos previos adquiridos tras mucha experiencia como crítico y pensador de cine.



A renglón seguido rueda “Una mujer casada” (1964), un perfecto retrato de 24 horas de novedad, de juego, de sensibilidad…de infidelidad, pero sobre todo ese año será recordado por “Banda aparte”, otro título mítico dentro no solo de su filmografía, sino del movimiento vanguardista que en esos días estaba convulsionando al mundo, al menos cinematográficamente hablando.



Con su siguiente película indaga en el campo de la ciencia ficción con “Lemmy contra Alphaville” (1965) nos relata un futuro en donde la sociedad parece vivir alineada a las máquinas todo una metáfora de lo que parece que se va convirtiendo la sociedad de manera paulatina.


En “Pierrot el loco” (1965) se vuelve a reunir con Belmondo, con quien compartiera tanto éxito en “Al final de la escapada”, el resultado es otra curiosa y frenética escapada que se convierte en un nuevo éxito en la filmografía de ambos.


Con “Masculino, femenino” (1966) y “La chinoise” (1967) y la polémica “Week-end” (1967) muestra su lado más reaccionario y contestatario. Tres críticas sociales que ahondan en facetas de una sociedad que el cree corrupta y por lo tanto muy mejorable.


Tras años dedicados a cortos, interpretaciones y colaboraciones con distintos cineastas europeos vuelve a la palestra con “Todo va bien” (1972). Una disección de todo lo ocurrido en el famoso París de 68. Una revolución cultural y social que pretendía romper con lo establecido en una búsqueda de una sociedad más igualitaria.


Otra faceta muy destacable de Godard es su afán documantalista. Suyo es el trabajo “Sympathy for de devil”, retrato de los famosos Rolling Stones en el apogeo de su fama, la serie “Historie(s) du cinema” (1988), un precioso collage como su particular homenaje al cine y sobre todo el mítico encuentro “Meeting Woody Allen” en donde en una escasa media hora el cineasta francés intercambiaba pareceres con otro genio del séptimo arte como es Woody Allen.


El lado más desconocido de Godard quizá sea el interpretativo. En sus afán de un control global del cine como director, guionista e incluso productor hace sus pinitos como actor. Muchas veces el películas suyas o de sus colegas de vanguardia como Vardá o Rohmer.

A día de hoy un Godard ya anciano sigue rodando de manera paulatina obra como “Elogio del amor” (2001), enésimo homenaje suyo al cine o “Nuestra música” así lo atestiguan y precisamente para 2013 se espera con ansia su nuevo trabajo “Adieu au langage”, quien sabe sui quizá como reza el título su despedida cinematográfica. Solo el tiempo lo dirá.

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