viernes, 9 de diciembre de 2011

El neorrealismo italiano


El neorrealismo es un corriente que nace en la Italia de la postguerra. No nace como un movimiento vanguardista en si, sino como al igual que siglos atrás había hacho el renacimiento, es una vuelta a las “formas clásicas” a ese cine inglés, soviético e incluso italiano cuyas directrices ya se estaban defendiendo en Francia con el “cinéma verité” o año después se haría en el Reino Unido con el “free cinema” o en Brasil con el “cinema novo”.

El neorrealismo nace como un movimiento socio-político, que desea mostrar la realidad de una sociedad depauperada tras pasar el desastre de dos grandes guerras en los últimos veinticinco años. Nace gracias al empeño de unos teóricos, que cámara en mano y con escasos medios deciden hacer un cine reivindicativo que consiga hacer frente a las grandes producciones fascistas.

El neorrealismo se define siguiendo estas directrices:

  • Escenarios reales y predominancia de actores y actrices no  profesionales
  • Orientado hacia la reflexión socio-política, aunque lejos de parecer reaccionario
  • Argumentos y diálogos que, aunque bajo guión, le conceden importancia a la improvisación.
  • Recuperación del papel de la mujer y los niños en la sociedad.
  • Se comienza a rodar cámara en mano lo que permita más movilidad
  • El sonido no se suele grabar en exteriores, sino que es doblado a posteriori.

El nacimiento de este movimiento es difícil de situar se sabe que se produce a principio de los años cuarenta, desde hace tiempo los críticos viene señalando que el pistoletazo de salida fue dado por el rotundo éxito de “Roma, ciudad abierta” de Rossellini (1945), alcanzando su apoteosis en los años siguientes con títulos vitales, no solo en el movimiento, sino para la historia del cine en general.

Su ocaso es paulatino e igualmente difícil de determinar, poco a poco la temática comenzó a atraer menos y sus entusiastas comenzaron a experimentar por nuevo derroteros. A finales de los años cincuenta a penas quedaba rastro del movimiento neorrealista, pero pese a su brevedad lo que es innegable es la influencia de este en cine de  países que comenzaban a desarrollar su industria cinematográfica y la importancia capital del mismo para el desarrollo del cine moderno.

Cineastas neorrealistas

Roberto Rosellini


Fue el que oficialmente inició el movimiento con “Roma, ciudad abierta” en 1945 y que a la postre abriría lo que vino a denominarse su trilogía neorrealista, completada con “Paisá” (1946) (rodada con actores no profesionales) y “Alemania, año cero” (1947). Más adelante gracias a la unión, tanto en lo personal como en lo profesional, con una consagrada actriz de Hollywood, como lo era Ingrid Bergman, siguen surgiendo obras maestras como “Stromboli”  (1949) o “Te querré siempre” (1954)

Luchino Visconti


Claramente influenciado por el francés Jean Renoir (con quien incluso llegó a colaborar en sus comienzos). Se ve claramente influenciado por el neorrealismo en sus comienzos, con títulos clave como “La tierra tiembla” (1948). Posteriormente su carrera continuaría por otros derroteros, ero siempre influenciado, en mayor o menor medida por el neorrealismo, cuyos trazos pueden observarse en sus dos de sus obras maestras: “Rocco y sus hermanos (1960) o la ampulosa “El gatopardo” (1961).

Vittorio De Sica


Conocido también por su faceta de actor, que paulatinamente fue reduciendo en beneficio de la de director, De Sica es autor de tres obras claves que permitieron la consolidación del movimiento: “El limpiabotas” (1946), “El ladrón de bicicletas” (1948) y “Umberto D.” (1952). Considerado como uno de los padres del neorrealismo.

Michelangelo Antonioni


El más académico de todos los autores neorrealistas. Es más conocido por su obra posterior, sobre todo por su trilogía rodada en los sesenta con Monica Vitti ("La aventura”, “La noche” y “El eclipse”).



Seguramente el más universal de todos los directores italianos. De su mente surgieron películas de todo tipo, auténticas obras maestras. Y, aunque comenzó su andanza ya con el movimiento avanzado, con títulos clave para el movimiento neorrealista: “La strada” (1954) o “Las noches de Cabiria” (1957).

Giuseppe De Santis


Un nombre que muchos consideran muy por debajo de sus compañeros y del que quizá su corta filmografía no sea tan conocida como la de sus predecesores, pero por obras como “Arroz amargo” (1949) se merece un espacio dentro de los directores capitales del neorrealismo.

Las grandes obras

Roma, ciudad abierta (1945) de Roberto Rosellini


Paisá (1946) de Roberto Rosellini


El ladrón de bicicletas (1948) de Vittorio de Sica


Alemania año cero (1948) de Roberto Rosellini


La tierra tiembla (1948) de Luchino Visconti


Umberto D. (1952) de Vittorio De Sica


La strada (1954) de Federico Fellini


Las noches de Cabiria (1957) de Federico Fellini


Arroz amargo (1959) de Giuseppe de Santis


Actores y actrices

Silvana Mangano


Formada como bailarina y potenciada como modelo, llegó a participar en Miss Italia, alcanzó la fama con “Arroz amargo”. Se puede decir que fue la precursora de la famosas maggioratas italianas, con Sophia Loren y Gina Lollobrigida a la cabeza.

Giulietta Masina


Pareja y musa de Fellini, protagonizó muchos de los grandes título del neorrealismo, siempre bajo la batuta de su marido, siendo el caso de “La strada” o “Las noches de Cabiria”

Anna Magnani


Lejos de las típicas maggioratas italianas esta romana suplía su falta de físico con unas interpretaciones desgarradoras y llenas de temperamento, que incluso le acercaron un Oscar. Memorable fue su debut internacional, pues fue ni más ni menos que con “Roma, ciudad abierta”, abriendo las puertas al mundo del neorrealismo italiano.

Aldo Fabrizi


Eterno secundario y compañero al que todos querían en el reparto, Frabrizi paseó por muchas películas neorrealistas como en “Roma, ciudad abierta”, además de dirigir un buen puñado de films.

Vittorio Gasman


Actor y director que debe su fama mundial al gran éxito del comienzo de su carrera “Arroz amargo” que catapultó inmediatamente a la fama tanto a el como a su compañera de reparto Silvana Mangano. A raíz de ese éxito neorrealista la carrera del “il mattatore” no deja de crecer como la espuma, hasta ser considerado, junto a Mastroianni, como el más grande actor italiano de todos los tiempos.

El movimiento también permitió la incursión de actores consagrados en Hollywood como como Ingrid Bergman, que se convirtió en la musa de Rosellini, Anthony Quinn, perfecto en “La strada” de Fellini o los franceses Alain Delon o Jean Paul Belmondo, símbolos de la nouvelle vague francesa.

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