Uno de los grandes directores de toda la historia del cine,
el gran impulsor del cine negro, miembro de una gran estirpe dedicada al mundo
del séptimo arte. La filmografía de John Huston no podía pasarse por alto en
este humilde blog. Si bien los comienzos de John Huston estuvieron más unidos a
la interpretación que a otra cosa, como hijo de Walter Huston se puede decir
que de casta le viene al galgo, sin embargo tras unos comienzos como extra o
papeles secundarios, John Huston se interesó más por los guiones y la
dirección.
Su primera película no pude tener más éxito. Todo un
referente con el cine negro, de hecho muchos críticos la consideran ni más ni
menos que la precursora del género. Con “El halcón maltés”, Huston firmaba no
solo una película redonda, sino que se postulaba como uno de los directores
noveles a tener en cuenta en el mundillo de Hollywood.
Tras el paso de la segunda guerra mundial, en la que se
dedicó como otros muchos de sus congéneres a publicitar el papel estadounidense
en la contienda, llega otra de sus grandes obras. Con “El tesoro de Sierra Madre” no solo se reencuentra con Bogart su actor fetiche, y dirige a su propio
padre (al que le otorgan el Oscar por su excelente actuación), sino que
refrenda su ya consolidado éxito con un Oscar a mejor director y a mejor guión
adaptado, siendo estos los únicos conqueridos a lo largo de su carrera tras
acumular luego un gran número de nominaciones.
Tras el éxito en esta cinta de aventuras, Huston vuelve al
cine negro de nuevo junto a Bogart en “Cayo largo” (1948) y en “La jungla de asfalto” (1950), esta vez con Sterling Hayden con papel protagonista. No cabe
duda que las dos se convierten en títulos importantes dentro del género.
En 1951 llega quizá su título más celebrado, una excelente
puesta en escena gracias a una pareja mítica, Bogart/Kate Hepburn, que no dejan
soberbias interpretaciones (de hecho Bogart de alza con la estatuilla). “La reina de África” no se trata solo de un título que será recordado por ser una
obra clave del cine en general y de Huston en particular, sino por la
dificultad y dureza de un rodaje lleno de anécdotas como bien recoge parte de
ellas otro grande como Clint Eastwood en “Cazador blanco, corazón negro” (1990).
Tras los éxitos una época de travesía por el desierto con
rotundos fracasos, uno más que otros, “Moulin rouge” (1952) o “La burla del diablo” (1953) apenas ensombrecen una época en donde lo único destacable en la
impecable adaptación del clásico de Melville “Moby Dick” (1956) con Gregory Peck como el capitán Ahab.
Su siguiente gran título es una película para muchos
fetiche. “Vidas rebeldes” (1961) no fue solo una gran película sino fue la
última para su reconocido trío de protagonistas: Clark Gable (fallecería poco
después de un infarto), Marilyn Monroe (fue su último rodaje completo hasta su
sonado suicidio) y Montgomery Clift (su último papel de relevancia en el mundo
del cine).
Tras obras menores entre las que se incluye “Casino royale” (1967), alocado proyecto por el que pasaron varios directores y que finamente
resulta ser el embrión de la famosa saga de James Bond. Su siguiente gran éxito
no le llegaría hasta su madurez. En 1975 dirige una película sin muchas
pretensiones que el tiempo colocará como una de las mejores cintas de aventuras
nunca hechas. El acierto tiene por título “El hombre que pudo reinar”.
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