martes, 13 de marzo de 2012

Sherlock Holmes



Salido de la literatura de la pluma de Sir Arthur Conan Doyle, Sherlock Holmes pasa por ser uno de los personajes de ficción más reconocidos de todos los tiempos. Un perfecto caballero británico con una sagaz mente y una prodigiosa capacidad de indagación lo convierten en el azote de todas las mentes criminales del Reino Unido de finales del siglo XIX. Holmes se dedicaba a combatir a los criminales a golpe de investigación desde su ya famoso estudio de Baker Street (el ficticio 21b, hoy creado y reconvertido en museo) y siempre con la ayuda de su inseparable Doctor John Watson.

La vida de Holmes resulta de todo menos aburrida: de mente inquieta, adicto a las drogas (que se sepa opio, cocaína y alcaloides), con innumerables manías y de carácter antisocial pocos confiarían sus particulares casos a este enjuto personaje de no ser por la excelente reputación que lo persigue por todo Londres.

De la vida privada de Holmes poco se sabe a parte de su compleja personalidad más allá de su gusto y dominio por el boxeo, la química, y el arte del disfraz, su típico y ya famoso atuendo londinense con gorra, capa y pipa que acompañan siempre a sus trajes tweed y por la particular relación con su hermano Mycroft, cuya mente poco tiene que envidiar a la de Sherlock.

De Watson poco podemos decir, salvo su auténtica devoción e infinita paciencia con Holmes, cuya compleja personalidad y manías tantas y tantas veces consigue exasperar al incluso al más paciente de sus pocos allegados, desde el inspector Lestrade de Scotland Yard, que recurre a el admirado por sus capacidad analítica pero temeroso de sus personalidad, hasta la anciana Sra. Hudson, su casera durante años en Baker Street que vive con resignación la peripecias del investigador.

A lo largo de su extensa trayectoria Holmes se tuvo que enfrentar a cientos de casos a cada cual más complicado, pero sin duda su mayor enemigo es James Moriarty, un verdadero antídoto para la mente del Holmes. Una prodigiosa y malvada mente que desde los bajos fondos de Londres se dedica a cometer todo tipo de fechorías ante la incapacidad de respuesta de Scotland Yard. A Holmes también le resulta harto difícil deshacerse del criminal, tanto que para ello debe pagar como tributo con su vida en las cataratas de Reinchenbach en el famoso relato “El problema final”  (vida que posteriormente le sería devuelta por Conan Doyle ante las presiones del público de la época que se negaba a renunciar de una vez por todas a las peripecias del famoso investigador privado).

La vida de Sherlock Holmes se alargó a los largo de cuatro novelas (“Estudio escarlata”, “El signo de los cuatro”, “El sabueso de los Baskerville” y “El valle del terror”) y a lo largo de más de cincuenta relatos (que aparecen reunidos en cinco colecciones). Todas ellas contadas en su inmensa mayoría en tercera persona, pues se supone que los relatos no son más recopilaciones de una especie de diario que el Dr. Watson tomaba durante sus innumerables casos a modo de archivo.

Fueron muchas las caras de Sherlock Holmes a lo largo de todas sus adaptaciones cinematográfica, desde la ya lejana “Sherlock Holmes” (1922) de Albert Parker hasta la reciente saga de Guy Ritchie.

En primer lugar destacamos a John Barrymore por tener el privilegio de ser el primer Sherlock Holmes cinematográfico (en al ya citada “Sherlock Holmes” [1922] de Albert Parker).


El primer Sherlock de renombre fue Basil Rathbone que desde 1939 hasta 1945 firma nueve participaciones para la Universal al lado de Nigel Bruce (Dr. Watson) y siempre dirigidos por Roy William Neill. A muchos hoy en día aún nos viene su imagen a la mente cada vez que evocamos en personaje de Conan Doyle.


El otro Sherlock Homes cinematográfico por excelencia (en este caso alternando películas con series televisivas durante los ochenta y principio de los noventa) fue Jeremy Brett (junto a David Burke en un comienzo y luego con Edward Hardwicke como Dr. Watson). Tanto las películas como la serie, ya en color, estaban perfectamente ambientadas y reflejaban a la perfección los realtos de Conan Doyle.


Últimamente Guy Ritchie ha puesto de nuevo de moda al investigador privado londinense, en este caso más para mostrar efectos especiales típicos de cualquier película de acción moderna, rodeados de un cariz cómico, que se basan levemente en lo relatos de Conan Doyle. El encargado en ponerle cara a Sherlock Holmes es Robert Downey Jr., acompañado de Jude Law como Dr. Watson.


PELÍCULAS

Como ya citamos varias veces en el post Sherlock Holmes” debuta en el cine ya en 1922 de la mano de Albert Parker. Versión muda en la que John Barrymore se pone en la piel del investigador.


De la época muda también es reseñable la versión cómica de Buster Keaton en 1924 en uno de sus títulos más importantes y una de las obras maestras del cine mudo: “El moderno Sherlock Holmes”


Durante la II guerra mundial muchos norteamericanos se evadían con los seriales de la Universal sobre el personaje de Sir Arthur Conan Doyle. Hasta un total de nueve películas se estrenaron a los largo de seis años sobre el famoso investigador.


“La vida privada de Sherlock Holmes” (1970) de Billy Wilder. Uno de los reyes de la comedia repasa las aventuras del mito, convirtiendo a Holmes en un histriónico y cómico investigador de causas perdidas.


“Sherlock Holmes” (1984) de Hayao Miyazaki. Magnífica adaptación al mundo del anime de las aventuras de Holmes. Imborrable para todos los niños de la generación de los ochenta y muy recomendable en general.
 

“Las aventuras de Sherlock Holmes” (1984). Exitosa y bien adaptada serie que tuvo su continuidad con otra saga amén de varias películas interpretadas por el mismo reparto.


“Sherlock Holmes” (2009) de Guy Ritchie adaptación a los nuevo s tiempos del clásico de la literatura. Más efectos especiales, más acción y más comedia. Cuenta con una secuela (y se espera otra para 2014).


“Sherlock” (2010) Exitosa miniserie de la BBC que resulta ser una arriesgada adaptación de las novelas de Conan Doyle, adaptándolas al Londres actual.


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