De todo buen cinéfilo es conocida
la costumbre, en cierto modo fetichista y narcisista, de Hitchcock de aparecer
en sus obras. Apariciones más o menos evidentes, pero que se viene repitiendo
desde “El enemigo de las rubias” (1927), su quinta película y realmente la que
le da una fama internacional, aun rodada en su natal Reino Unido.
Mi intención en este post era la de dar un relato pormenorizado de
muchas de estas apariciones, que porque no decirlo forman parte de la historia
no solo del genial director, sino del mundo del cine. Investigando por la red
para conseguir material con el que apoyarme para sacar adelante el post me
encontré con un estupendo montaje de video que incluye todas estas apariciones,
y haciéndome eco del dicho que una imagen vale más que mil palabras, os adjunto
el mismo para que tengáis una perspectiva mejor de esta peculiar costumbre del
genio del suspense
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