lunes, 14 de noviembre de 2011

Tarzán


Pocos personajes han sido tan exprimidos a lo largo de la historia del cine que este famoso huérfano, criado en África por una familia de simios, salido del imaginario de Edgar Rice Burroughs allá por los comienzos del siglo XX.

Lo que en un principio fue una breve historia folletinesca escrita para una revista norteamericana (no nos olvidemos que un icono como Sherlock Holmes nació de igual manera), derivó ante el increíble éxito de las publicaciones en nada menos que 23 novelas.

La farándula del cine pronto se dio cuenta del filón que tenía delante, ya que su primera aparición cinematográfica surgió tan solo seis años después de que el mundo conociese a “Tarzán de los Monos”. Nos encontramos en el año 1918. Tarzán por fin cobra vida.

Tras esta primera aparición muchas otras se suceden (a día de hoy se tienen contabilizadas sobre 90 adaptaciones de esta figura literaria). En este tiempo Tarzán tiene tiempo de enamorarse, descubrir las ventajas e inconvenientes de la civilización, crear su propia familia y hasta ¡Visitar Nueva York!.

Una figura importante para el desarrollo del personaje, hasta su conversión en icono cultural del siglo XX, fue el ex-nadador olímpico Johnny Weissmuller, que interpretó al personaje con los comienzos del cine sonoro y durante más de 15, lo que hace que a todos nos resulte indisociable su imagen como el rey de la selva por excelencia.

La televisión también reclamaba su parte de este “suculento pastel” y ya en los 60 comienzan a aparecer las series y seriales sobre Tarzán

En lo últimos años Tarzán fue noticia por ser motivo de revisión por parte de Disney. Aparecieron películas, secuelas, precuelas y series televisivas sobre tan exitoso personaje.

Como gran icono que es Tarzán también tiene su parodia: “George de la jungla”, una serie animada de los 50, que hace unos años Brendan Fraser llevó con poco éxito al mundo del celuloide.


Tras tantas películas y series a lo largo de tantos años las caras de Tarzán han sido múltiples. He aquí las más carismáticas:

Elmo Lincoln: Quizá no se el más apolíneo, el mas fuerte o el de más carisma. Pero entra en la historia por ser el primer Tarzán cinematográfico (junto con el joven Gordon Griffith que hacía de Tarzan niño en la misma película de Scott Sydney en 1918) .


Johnny Weismuller: El más reconocido de todos los “Tarzanes”. Tras participar en los juegos olímpicos de Ámsterdam 1928 como nadador, y tras coqueteos con el mundo de la publicidad, Wiesmuller decide dar un cambio radical a su carrera y meterse en la piel de “Tarzán”. Una fructífera relación simbiótica, que le deparó grande éxitos y una longeva carrera interpretando a este personaje (nada menos que una docena de películas a lo largo de 15 años).


Lex Baker: Fue el sustituto de Weismuller en el papel, y pese a que la sombra del ex-nadador era alargada, a Baker no le fue nada mal en la selva y rueda nada menos que 5 secuelas.


Gordon Scott: Tras Baker llega Gordon Scott y su participación en una serie de 5 películas sobre el mito le dan una fama efimera que aprovecha para rodar una serie de peplums, junto a Steve Reeves en Italia.


Disney: A finales del siglo XX la Disney se decide a apostar por esta mítica figura. En una selva colorista y acompañada por una potente y moderna banda sonora realizada por Phil Collins. Tarzán se convierte en un éxito de la factoría dando paso a dos secuelas y a un serie animada para la televisión.


Sería injusto dejar el post sin recordarnos brevemente de otros “Tarzanes” como el televisivo Wolf Larson, Christopher Lambert, que comienza su andadura embarcándose en el proyecto “Greystoke, la leyenda de Tarzán en rey de los monos (1984) o el último Tarzán de carne y hueso de la gran pantalla: Casper Van Dien (1998).


Dejamos este post con dos iconos innegables del universo de Tarzán: su inseparable mona Chita (Cheeta) y su inconfundible llamada de la selva (que a buen seguro hasta los más sensatos alguna vez habéis reproducido).

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