jueves, 29 de noviembre de 2012

Milos Forman



Contados directores son los que con tan poco han conseguido tanto reconocimiento y es que Milos forman con apenas un puñado de películas, incluyendo las de sus país natal ha sido capaz de conseguir cinco candidaturas a los Oscar por sus películas, dos como mejor filme de habla  no inglesa y tres como director (de los que se llevó dos), todo ello al margen de sus tres globos de oro como director.

Y es que es difícil ver una irrupción en el mundo del cine reciente tan talentosa como al de este joven, que desde su Checoslovaquia natal y a base de una gran talento ha conseguido convertirse en uno de los más reputado y selectos directores del panorama actual.

Su experiencia comienza allá por los años sesenta en un cine checoslovaco tan lejos de las grandes distribuidoras y a priori demasiado alejado de lo que se consideraba cine convencional, al menos en hablando en términos de consumo global. Sin embargo su gran talento pronto empezó a llamar la atención más allá de las fronteras de su país, primero en Europa y después llegando hasta la mismísima meca del cine, algo impensable para el cine Checoslovaco por aquellas alturas, así tras la toma de contacto con su ópera prima “Pedro, el negro” (1964) consigue dos nominaciones a mejor filme de habla no inglesa por “Los amores de una rubia” (1965) y “¡Al fuego bomberos!” (1967) y pese a no llevarse el gato al agua si que se le abren las puertas del mercado americano de par en par.


Así debuta bajo suelo norteamericano con “Juventud sin esperanza” (1971), sin embargo el espaldarazo definitivo y su consagración en el mundo del cine llegaría cuatro años más tarde, en 1975, con la adaptación al cine de la novela de Ken Kesey “Algo voló sobre el nido del cuco”, el resultado un película soberbia, refirmada aún más por la excelente actuación de Jack Nicholson, que logra alzarse con las cinco estatuíllas principales en la gala de los Oscar de ese año, algo al alcance de muy pocas obras.


Tras el apabullante éxito, Forman se embarca en un proyecto en las antípodas del anterior. Un musical antibelicista de nombre “Hair” (1979) centrado en al movimiento hippie o flower power de carácter pacifista surgido en los años sesenta como respuesta a la entrada de los EEUU en el conflicto bélico de Vietnam.


Con “Ragtime” (1981) Forman sigue en cierto modo en el mundo de la música pues se centra en mostrar la evolución de los EEUU en los primeros y relevantes años del siglo XX todo representado a través de una serie de personajes, encabezados por un pianista negro de jazz, que nos reflejan los distintos problemas de la época como el racismo todavía existente o la lucha de clases. La película pese al sólido argumento y alo interesante de sus personajes se lleva un impresionante batacazo en la gala de los Oscar al no llevarse ninguna de las ocho nominaciones a las que optaba.


Su siguiente aportación sin embargo será su otro gran éxito junto a “Alguien voló sobre el nido del cuco”. En “Amadeus” (1984) Forman nos muestra la enigmática personalidad de un genio como Mozart y la conflictiva relación de este con su coetáneo y compañero de profesión Salieri, mucho mayor y más considerado en las corte antes de la llegada del joven genio austriaco. Esta vez si que son ochos los Oscar que pasan a condecorar a la película, incluyendo cuatro de los cinco considerados principales, solo le faltó el de mejor actriz principal.


Encantado con el cine de época el directo se embarca en un proyecto franco-británico sobre los amoríos y tejemanejes de la sociedad aristocrática de la Francia del siglo XVIII. “Valmont” (1989), sin llegar a ser mala, pasa sin embargo sin pena ni gloria por la filmografía de Forman.


Las sensaciones encontradas con este último proyecto lo lleva a un receso de siete años hasta el estreno de “El escándalo de Larry Flynt”, polémico film cargado de sexualidad que cuenta la emergente carrera del fundador de la revista para adultos “Hustler”. Toda un defensa de la libertad de expresión que reverdece viejos laureles y la otorga a Forman el crédito perdido. Aunque finalmente no pueda alzarse con lo que sería su tercera estatuilla y se tenga que conformar con la nominación, pero es que estamos hablando del año en el que también compitió “El paciente inglés”, sin duda la gran triunfadora de la gala.


Luego vino “Man on the moon” (1999), un biopic sobre el showman Andy Kaufman, genialmente interpretado por un actor especialmente dotado para la comedia como Jim Carrey que supo reflejar como nadie la visión y el trabajo de Kaufman a lo largo de su controvertida carrera.


Su última aportación hasta la época tuvo que esperar otros siete años para su estreno. En 2006 cobraba forma “Los fantasmas de Goya”, la visión de Forman del genio de la pintura española y mundial y de la España y la sociedad monárquica y con un gran poder de la iglesia que dominaba España en una de sus épocas de esplendor.


A día de hoy pocas noticias se tiene de un nuevo proyecto de Forman, a buen seguro cualquier día de estos relanza de nuevo su exitosa carrera con otra gran aportación no solo a su filmografía sino al mundo del cine.


No hay comentarios:

Publicar un comentario