sábado, 10 de noviembre de 2012

Meryl Streep



Con un montón de cine por hacer y talento por derrochar Meryl Streep es a día de hoy un mito vivo de la historia del cine reciente. Con tres Oscar en su haber no solo pasa a ser una de las actrices más galardonadas de la historia del cine sino que sus diecisiete nominaciones a parte de convertirla en una asidua de la glamorosa gala, la reflejan como la actriz más nominada de todos los tiempos, adelantando recientemente a la fallecida Kate Hepburn.

Pocos diría en los setenta que aquella jovencita de larga melena rubia, algo aun hoy en día conserva como símbolo de su identidad, llegaría hasta donde está hoy en día. Sin embargo su valía pronto se hizo patente y en apenas su primera aparición en la gran pantalla con “El cazador” (1978) lograría la primera nominación de su extensa lista.


Y tan solo un año después, tras rodar con Woody Allen, la que sin duda se considera su mejor película hasta la fecha (“Manhattan”) logra su primera estatuilla por el excelente drama “Kramer contra Kramer” (1979). Una carta de presentación por lo tanto al alcance de tan solo unos pocos privilegiados y que daba buena muestra del potencial de esta nueva actriz.


Ya en los ochenta un drama histórico como “La mujer del teniente francés” le aportaría otra nominación y “La decisión de Sophie” (1982) otra nueva estatuilla que ya la convertían en una actriz más que consolidada, enormemente reconocida por compañeros y público y reclamada por todos los directores de éxito. Y todo esto con apenas cinco años de carrera.


Tras otra nueva nominación por “Silkwood” (1983) y ya mediados los años ochenta llega una de las películas con las que más identificamos a la actriz, un perfecto drama romántico junto a Robert Redford en los impresionantes parajes de la sabana africana en la reconocida y premiada “Memorias de África” (1985) y que por supuesto le supuso su enésima nominación.


Los ochenta los finalizó por la puerta grande con tres nominaciones prácticamente consecutivas, quedándose sin embargo en todas ellas con la miel en los labios al no poder sumar a su palmarés su tercera estatuilla que por fin al uniría a las más grandes. Las películas en cuestión fueron “Tallo de hierro” (1987), un perfecto drama ambientado en la gran depresión, “Un grito en la oscuridad" (1988) y de nuevo junto a Mike Nichols “Postales desde el filo” (1990).


En los noventa ambienta la adaptación a la gran pantalla de la exitosa novela de Isabel Allende “La casa de los espíritus” y al igual que diez años atrás interpreta otro espléndido papel en otro exitoso drama romántico por el que también es muy recordada, esta vez acompañando a Clint Eastwood (que también la dirige) en “Los puentes de Madison” y en donde además para cerrar el círculo consigue de nuevo otra nominación.


Y como esta década parece ser cíclica con respecto a la anterior también la cierra con tres dramas que aportan otras dos nominaciones como mejor actriz. “La habitación de Marvin” (1996) junto a un joven Di Caprio, “Cosas que importan” (1998) y “Música del corazón” (1999), curioso paréntesis en la filmografía de uno de los genios del cine de terror como Wes Craven.


Ya con el nuevo milenio y en una espléndida madurez que no la permite tener a penas tiempo libre  ante la cantidad de trabajo que se le acumula participa en obras importantes como “Las horas” (2002), acompañando a Nicole Kidman, que se alzaría con la estatuilla precisamente por este trabajo y en “Adaptation” (2002) acaparando una nueva nominación.


En “El diablo viste de Prada” (2006) se convierte en una pérfida empresaria del mundo de la moda y consigue una nueva nominación, en “Leones por corderos” se reúne muchos años después con Robert Redford en esta películas antibelicista, que precisamente dirige el comprometido director y actor e interpreta sobriamente a la estricta directora de un colegio demasiado conservador en "La duda" (2008) que la ofrece la oportunidad de alzarse con la ya esperada tercera estatuilla, que finalmente va a parar a Kate Winslet por “El lector”.



De sus trabajos más recientes destaca su colaboración en la adaptación del famoso musical basado en las obras de ABBA “¡Mamma mia!” (2008) o otra soberbia y fresca interpretación en el biopic culinario “Julie y Julia" (2009) (nueva nominación al canto), sin embargo su mayor aportación y reconocimiento llega con la impecable representación de Margaret Thatcher, la que fuera una de la mujeres más poderosas de todo el mundo allá por los años ochenta, en “La dama de hierro” (2011) con la que al fin se le premiaría con ese tan esperado tercer Oscar que tantos tiempo llevaba mereciendo y que ni siquiera ella misma esperaba después de tantas nominaciones fallidas.


El caso es que a día de hoy y superados los sesenta años de edad Meryl Streep sigue trabajando a destajo consciente o no de llevar bajo sus hombros una de las carreras más exitosas de todos los tiempos en el mundo del cine y que por lo visto aun tiene margen de mejora. Solo el tiempo dirá en donde acaba el prestigio de la más prestigiosa actriz del cine actual y una de las más relevantes de todos los tiempos.

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