martes, 19 de junio de 2012

Clint Eastwood como actor


Muchos post atrás realizamos un repaso por la carrera como director de Clint Eastwood, el que es para mi gusto el último director clásico que queda por Hollywood. Su labor tras las cámaras resulta brillante y muchas de sus películas no solo están entre las más premiadas en los socar sino a día de hoy ya son considerados clásicos de la historia del cine. Sin embargo no olvidemos que lo orígenes de Eastwood son como actor donde a parte de los personajes inolvidables de la mayoría de sus propias películas nos lleva legado otra gran variedad de personajes y escenas inolvidables que sería necesario analizar para ser justos y completar el post anterior. He aquí pues el Clint Eastwood actor.

Como bien se señaló con anterioridad la carrera de Eastwood nace en los cincuenta como muchos otros congéneres de profesión a caballo entre las películas de serie B y la televisión, fenómeno novedoso que estaba revolucionando la forma de entretenimiento de la sociedad norteamericana. Precisamente es esta segunda con la que alcanza una relativa fama en todo el país con “Rawhide” (Látigo), serie ambientada en el oeste en la que Eastwood comienza mostrar sus dotes en un género que tanto le va a deparar en el futuro.


Dotes de las que a buen seguro Leone toma buena nota para escoger a su protagonista de la que sería conocida como la trilogía de dólar, con la que el novedoso spaghetti western alcanzaría sus cotas más elevadas de virtuosismo. Así Eastwood protagoniza sus primeros grandes éxitos como actor en “Por un puñado de dólares”, “La muerte tenía un precio” y “El bueno, el feo y el malo”, todas ellas rodadas en apenas tres años junto a Leone y que a día de hoy son consideradas obras maestras del género.



Tras una incursión en el género bélico, otro de sus predilectos, con “El desafío de las águilas”, que narra un difícil rescate en plena II guerra mundial, regresa al western (pseudo más bien en este caso) de mano de otro de los directores, que según palabras propias más lo ha marcado, iniciando sus primera colaboración de muchas con Don Siegel con “La jungla humana”.


Antes de las siguientes colaboraciones con Siegel tiene la oportunidad de añadir otros tres títulos, importantes unos y peculiares otros a su filmografía. Comienza con “Cometieron dos errores”, otro western al estilo de los de Leone, que pese a no estar a su nivel, no tiene apenas desperdicio. Seguidamente rueda un “rara avis” en su filmografía pues lo que parece a todas luces un western se convierte en un musical ambientado en el oeste en donde se le puede ver cantando con Lee Marvin ni más ni menos en “La leyenda de la ciudad sin nombre” y por último en más exitoso y recordado de los tres: “Los violentos de Kelly”, un filme bélico que siempre acaba apareciendo entre los mejores del género. Una búsqueda de poder y riquezas en uno de los peores escenarios posibles: la Europa de la segunda guerra mundial.




Con Don Siegel rueda sus tres siguientes películas, dos ambientadas en el oeste (“Dos mulas y una mujer” y “El seductor”) y otra que la catapultaría de manera definitiva al estrellato e iniciaría una saga afianzándose con la fama de hombre duro en “Harry el sucio”.



Los años setenta, con su faceta como director ya estrenada, le sirven para aparecer dos veces más como Harry Calahan (“Harry el fuerte” y “Harry el ejecutor”) y para rodar alguna que otra obra menor en su filmografía, ya más pendiente de la dirección (que en la mayoría de los casos conjugaba con la interpretación actuando en sus propias creaciones). Dentro de estas obras citamos “Joe Kidd” y “Un botín de 500.000 dólares”, en ambas interpretando un duro pistolero al mejor postor eso sí en distintas épocas, pero sobre todo de gran importancia es el reencuentro con Don Siegel en “Fuga de alcatraz” (1979), un excelente drama carcelario al más puro estilo “Prison Break”.



En los ochenta sigue dedicado plenamente a su labor de director, eso no le impide participar en títulos como “La gran pelea” (1980), “En la cuerda floja” o “La lista negra” (1988), quinta y última entrega de Harry (la cuarta es “Impacto súbito”, dirigida dos años antes por el propio Eastwood).


Su última gran aparición en la gran pantalla hasta el momento se produce en 1993 con “En la línea de fuego” (1993) de Wolfgang Petersen, película que retrata de manera perfecta la difícil vida de los escoltas de un presidente, en este caso de JFK uno de los más famosos de la historia. No obstante y casi veinte años después se espera ansiosamente para finales del año 2012 en estreno de “Trouble with the curve” (pendiente de título en España), en donde se le podrá ver de nuevo actuando en una película “ajena” a su talento creativo. Esperemos que no sea la última.

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