lunes, 7 de abril de 2014

Blaxploitation




Pese a ser un total desconocido para muchos a su relativa escasa influencia en el cine actual la década de los setenta estuvo marcada por el nacimiento de una nueva corriente cinematográfica: el blaxploitation.

Este género de peculiar nombre nace en los suburbios de las grandes ciudades norteamericanas y todo ello con un claro carácter de reivindicación racial. Bebedor de movimientos como el “black power” o los “panteras negras”, defiende la posición del público afroamericano ante un cine hecho por blancos y para blancos.

El blaxploitation pretendía ser un género rompedor. La exaltación de un poder cada vez más emergente tanto en los EEUU como en el resto del mundo. No olvidemos que la asidua aparición de actores negros en los filmes de Hollywood no era algo muy común hasta los años cincuenta y quizá con la excepción de Sydney Poitier (sin duda el primer gran actor de raza negra) todos ello relegados a papeles secundarios. No olvidemos incluso que en la época muda los papeles de hombres negros eran increíblemente representados por hombres blanco tiznados de esperpéntica forma con betún.

Así pues esta fulgurante aparición de un género fresco y urbano tiene como características los repartos conformados con actores afroamericanos, una estética peculiar (pantalones de campana, ropa y atuendos llamativos y pelo afro), el gusto por las persecuciones y sobre todo bandas sonoras muy cuidadas siempre a ritmo de funk y soul.

El punto de partida llega con la adaptación a la gran pantalla de la obra de Chester Himes “Cotton comes to Harlem” , una historia ambientada en el famoso barrio de Nueva York que traza todas las características de este nuevo género.


Entre sus cintas más famosas tenemos a uno de os detectives más famosos de la historia del cine “Shaft” (1971), con secuelas, su serie de televisión e incluso recientemente fue fruto de un remake encarnado por Samuel L Jackson.


Otro de los grandes títulos fue “Cleopatra Jones” (1973) toda un heroína funky, azote del narcotráfico, que fue fruto incluso de alguna secuela.


“Foxy Brown” (1974) fue Pam Grier, sin duda el gran icono del movimiento, que incluso años después es rescatada ni más ni menos por Tarantino para su “Jackie Brown” (1998), todo un homenaje al género por el que el controvertido director dice sentir admiración.


Si hasta todo un icono del cine de terror como Drácula se une a la causa y el que Blacula o “Drácula negro” fascina a todos y pronto se convierte en película de culto y es que pocas veces vemos a este personaje caracterizado con pelo afro y grandes patillas.


Un género por tanto en auge en los años setenta, años de cambio, de nuevas ideas e ideologías, que con el paso del tiempo fue poco a poco en el olvido y que hoy aquí queremos rendir un pequeño homenaje para reconocer su aportación al mundo del séptimo arte.

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