domingo, 4 de marzo de 2012

Woody Allen: los ochenta


En el anterior post dejábamos a Woody Allen cerrando los setenta de manera brillante, con un retrato sublime de su querida ciudad Nueva York en una película que con el tiempo no solo se convertiría en una de sus mejores películas sino en un referente de la historia del cine.

Pues bien, Allen abre nueva década con una de sus películas más olvidables, rompiendo un poco con sus estilo Allen muestra su lado más intimista con “Recuerdos” (1980), una especie de búsqueda espiritual al través de una retrospectiva del protagonista (sospechosamente autobiográfica) al más puro estilo “8 ½” (1963) de su idolatrado Fellini.


La siguiente película es una libre adaptación de Shakespeare, en ella el genial director da rienda suelta a todas sus filias y fobias consiguiendo una lograda y particular versión del clásico de la literatura inglesa y universal “El sueño de una noche de verano” (en este caso “Comedia sexual de una noche de verano” [1982]) y posteriormente logra otro éxito con “Zelig” (1983), un falso documental en tono comedia sobre una especie de hombre camaleón que asombró a la sociedad norteamericana en su adorada época del jazz. Definitivamente Woody Allen parecía haberse recuperado de su patinazo intimista de “Recuerdos”.


“Broadway Danny Rose” (1984) supone la consolidación de la buena racha comenzada con su especial adaptación del dramaturgo inglés. Dos nominaciones a los Oscar (por mejor director y mejor película así lo atestiguan) con esta desternillante historia de anécdotas ambientadas en el mundo del boudeville. Mundo del cine y la comedia que también sería la protagonista de su siguiente película “La rosa púrpura del Cairo” (1985), una original historia sobre un fantasioso personaje que conoce a su estrella cinematográfica de la manera más insospechada.



Llega 1986 y con el otrro de los títulos esenciales en la filmografía del director neoyorkino. “Hannah y sus hermanas” se convierte de inmediato en una de las piezas esenciales dentro de la especial forma de ver la comedia de Woody Allen. Una historia sobre la relación entre tres hermanas que le depara uno de lo mayores éxitos con 7 nominaciones a los Oscar (de los que se alza con 3) en un Hollywood que no olvidemos que nunca acabó de entender y apreciar el cine del genial director.


Allen celebra el rotundo éxito de “Hannah y sus hermanas” con dos nuevas películas en 1987 (año especialmente prolífico) con la oscura e intimista “Septiembre”, lejos de sus típicas comedias y sobre todo con “Días de radio”, historia ambientada en los años cuarenta que pretende ser un homenaje a la radio, que con el paso del tiempo ha ido perdiendo importancia con respecto a la televisión, hasta quedar relegada a un peligroso segundo plano. Aquí en España también es recordada por su comienzo, todo un guiño a “Historias de la radio” (1955) de Saenz de Heredia, que como el propio Allen reconoció  le había servido de inspiración.


El siguiente año estrena otra film intimista en torno a otro de sus temas recurrente (aunque siempre en tono de comedia) como es el psicoanálisis con “Otra mujer”, historia de una profesora de filosofía que pide la excedencia a fin de escribir un libro y que acaba por analizar toda su vida a través de sus vivencias. Otro film que pese a los esfuerzos del director por apartarse de la comedia parece pasar bastante desapercibida.


La década se cierra de manera brillante con un estelar proyecto sobre Nueva York, junto a Scorsese y Coppola, narrado a través de tres historias independientes (una para cada director), ambientadas todas ellas en la gran manzana y sobre todo por “Delitos y faltas”, típica historia de problemas conyugales, que tan bien sabe trazar Woody Allen.


Los ochenta fueron también una puesta en contacto con el cine más intelectual, más allá de sus intimistas aportaciones, que caracterizaron a esta época. Woody Allen es objeto de un breve documental de Godard: “Meeting Woody Allen” (1986), casi media hora en donde los dos directores disertan en torno al cine y so particular forma de verlo y en donde a buen seguro que también aprovecharon para sellar un colaboración mutua que se produciría al año siguiente en una especial versión del rey Lear de Godard en donde aparece breve y curiosamente Woody Allen.

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